Y para hacerlo, según ha explicado su alcaldesa, Silvia Mellado, contará con la ayuda de la Universidad de Córdoba y el proyecto de investigación Ager Mellariensis, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) a través de su convocatoria “Retos para la sociedad 2016” y dirigido por el profesor Antonio Monterroso. En palabras de éste, el acto, celebrado en la misma plaza en la que el pueblo representa cada cierto tiempo la popular obra Fuente Ovejuna de Lope de Vega, ha pretendido representar el rescate de “la dignidad de la antigua Mellaria allí donde unos mismos vecinos honraron la dignidad de Fuente Obejuna, hace ya cinco siglos”. En este sentido, Monterroso y Mellado han hecho un llamamiento a la ciudadanía para conseguir que se implique en la recuperación de la ciudad romana.
Por ahora, las investigaciones históricas y arqueológicas han logrado situar la ciudad en las inmediaciones del Cerro Masatrigo en un terreno propiedad de la familia Pulgarín, que ha asistido esta mañana al acto para introducir en la urna de fundación de la ciudad un puñado de tierra de la antigua Mellaria, a la que han acompañado diferentes objetos introducidos por los representantes municipales y por el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, que ha asistido al acto junto a la vicerrectora de Investigación, María Teresa Roldán Arjona.
Con la ceremonia representada por la empresa Sexto Mario, especializada en recreaciones históricas, y la Legio I Vernácula de la Colección Museográfica de Gilena, nacida de la iniciativa ciudadana en la localidad sevillana para proteger los restos de su antigua ciudad fundacional, el Ayuntamiento de Fuente Obejuna y la Universidad de Córdoba han simbolizado el acuerdo que les permitirá trabajar juntos para que los resultados objetivos por el proyecto “Ager Melliarensis” repercutan directamente en beneficio de la ciudad. El proyecto de investigación pretende no sólo la localización de restos arquitectónicos, sino la recuperación del patrimonio ambiental y paisajístico del territorio que gestionaba la ciudad de Mellaria y que superaba los dos mil kilómetros cuadrados, gracias al trabajo de un equipo interdisciplinar de ingenieros, biólogos y arqueólogos.