La exposición a la luz solar directa o indirecta resulta esencial para mantener una buena salud, especialmente en los niños. Así aseguramos una adecuada producción de Vitamina D, que interviene en el desarrollo de los huesos y en la función del sistema inmune. Estudios recientes apuntan que es suficiente con 30 minutos de exposición semanal al sol de tarde en un 40% del cuerpo, para que se produzca la cantidad de vitamina D que los más pequeños necesitan. O también de al menos 10 min al día, sobre la cara, brazos y piernas.

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